Las Lagunas, un servicio de urgencias en asistolia

Una médica del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) del centro de salud de Mijas cuenta en primera persona la cruda realidad laboral de los profesionales sanitarios

Cuando alguien me pregunta dónde estoy trabajando y les digo: «en las urgencias de Las Lagunas»; el gesto de expresión de mi interlocutor y la respuesta es siempre muy parecida: «¡Oh! ¡Vaya!».

No se lleven a engaños. Ese «¡Oh! ¡Vaya!» no indica admiración porque estés en un servicio que sea referente en las urgencias y emergencias extrahospitalarias. Ese «¡Oh! ¡Vaya!» es una especie de pésame del que te ve como si fueras un condenado a galeras  o un gladiador del circo romano.

Os haré un breve mapa de nuestro campo de batalla para que no os perdáis. Nuestro servicio de urgencias asume todas las demandas urgentes de las poblaciones de Mijas y Fuengirola las 24 horas de los 365 días del año. Disponemos de un servicio para atender las urgencias de interior, dos ambulancias de Soporte Vital Avanzado que van con equipo completo de médico, enfermería y técnico y una ambulancia de traslado con un solo técnico que ahora en verano está activo 24 horas, pero tras éste termina su servicio a las 10 de la noche y ese periodo lo cubre una única ambulancia de traslado con un técnico para todo Mijas, Fuengirola y Benalmádena. También hay una ambulancia del 061 que cubre estas tres poblaciones. El hospital de referencia es el Hospital Costa del Sol de Marbella que está a unos 20 minutos de nuestro servicio de urgencias, pero según de donde salgamos, el tiempo de llegada puede ser de hasta una hora o más. Fuengirola y Mijas tienen una población muy grande, ya lo saben ustedes, y en época estival se pueden imaginar a qué cifras llegamos.

Nuestro servicio nunca ha sido un lugar ideal para trabajar debido a estas circunstancias, el volumen asistencial es desmedido, similar al de muchos hospitales comarcales y de alguno general. Pero este servicio de urgencias no es un hospital, aunque la población de Mijas y Fuengirola se refieran a él como ‘El Hospitalillo’, es un servicio de urgencias de atención primaria y eso significa que tiene muchas limitaciones en cuanto a lo que puede ofrecer de recursos materiales y humanos. Y no se trata ya de esta limitación técnica, por llamarla de alguna manera, nuestro ‘hospitalillo’ está tan desfasado y machacado que las ambulancias se caen a pedazos, que nos falta un cuarto equipo asistencial, el cual llevamos años reclamando, que no se cumple de manera efectiva el Plan de Actuación de Urgencias y Emergencias de cara a las activaciones de las unidades móviles, que nuestro material suele estar defectuoso, deficitario, a veces simplemente no está y que la mayor parte de las veces resulta una tarea titánica revisarlo, dado que no paramos de atender pacientes y no queda tiempo para algo tan fundamental. Nos falta espacio y el que hay también se cae a cachos, nos faltan planes de formación reglada para todo el personal, sesiones clínicas, nos falta un mínimo tiempo de descanso para mantener la cabeza despejada, nos falta seguridad en la calle porque nos mandan a avisos que pueden llevar horas de demora y cuando llegamos nos quieren matar. Las demoras dentro y fuera del servicio son inasumibles y claro, los pacientes se desesperan, se enfadan, nos insultan y nos pegan. Porque no saben o no quieren saber que a lo mejor hay solo un médico y una enfermera dentro atendiendo a varios pacientes a la vez, que tenemos a un paciente crítico, que utilizamos un sistema de triaje para ver primero lo urgente, lo grave y que lo otro tiene que esperar, que las ambulancias llevan horas fuera  atendiendo en la calle y no hay más personal para atenderles a ellos.

Que la atención primaria en nuestro distrito sanitario y los servicios de urgencias están en situación crítica no es una novedad, es un mantra que lleva años repitiéndose y al que nadie, en mayúsculas, ha puesto remedio efectivo. Pero la situación del Servicio de Urgencias de Las Lagunas es ya la de un paciente que está en asistolia, que está en parada cardiorrespiratoria. El personal, nuestros soldados, no es que estén agotados, están a un nivel similar a los músicos de la orquesta del Titanic que siguen tocando mientras se ahogan a sabiendas que no hay bote salvavidas para ellos, saben que van a morir sin remedio.

Y no es que nuestros soldaditos sean unos héroes, ellos ya sabían que los aplausos durante la pandemia más pronto que tarde se transformarían en bofetadas porque al igual que muchos personajes de las novelas de Pérez Reverte nuestros soldaditos de Las Lagunas gozan del sarcasmo y el escepticismo que les proporciona llevar tantos años en las trincheras del ‘hospitalillo’ haciendo auténtica medicina de guerra.

Tampoco es que nuestros soldaditos sean suicidas al puro estilo sintoísta japonés, es que tienen que pagar hipotecas y vivir de su trabajo y además tienen esa cosa destructiva de la vocación y la buena voluntad que les lleva a que encima les guste su trabajo aunque sea en una trinchera de barro y metralla.

Y no, no son indestructibles nuestros soldaditos de Las Lagunas, de hecho se hacen mucho daño, o peor aún, les hacen mucho daño. La ansiedad, las agresiones, el estrés, la sobrecarga física y mental hace que enfermen y la enfermedad lleva a la baja y la baja a menos personal y si hay menos personal y éste no se cubre, pues entenderán que el resto de soldados soporten aún más presión.

Bajas, reducciones, accidentes laborales, renuncias a contratos, agresiones, este es nuestro top ten en Las Lagunas.

Pero, ¿acaso es que nuestros soldaditos de Las Lagunas no quieren ser los mejores? Ni mucho menos, piden y piden una y otra vez ser excelentes en su trabajo, tener una equiparación adecuada a la liga en la que juegan, la de las urgencias, una formación acorde a la calidad que saben que debe tener en sus actuaciones, en fin, lo normal en cualquier servicio sanitario porque son sanitarios y trabajan por y para las personas.

Y esa idea descabellada que tienen en la cabeza los soldaditos del servicio de urgencias de Las Lagunas, por desgracia para ellos y la población que atienden, requiere inversión  económica, comprensión, motivación y estabilidad laboral.

Ya no saben a quién acudir, ya no pueden aguantar más bofetadas de pacientes ni de la Administración, han probado con todo y cada día es peor. Sus coordinadores tienen la imposible labor de construir una catedral de acero con cerillas desgastadas, ellos  tampoco pueden más y van cayendo también.

Y habrá quién se pregunte aún porqué los soldaditos de Las Lagunas no se han quejado antes. Pues no paramos de quejarnos, no paramos de enseñar nuestros moratones, no paramos de señalar los problemas y las posibles soluciones, pero nos hemos victimizado y asumido ese papel. No os podéis imaginar la cantidad de listas con ‘lo que hace falta en Lagunas’ hemos elaborado y entregado a lo largo de estos años de distintas gerencias y administraciones, la cantidad de reuniones que hemos tenido donde se nos ha intentado aplacar con las mismas palabras una y otra vez: «todo va a cambiar!», «sois nuestra prioridad!», «ahora eso no se puede!»… Hemos ido con datos en la mano, con informes elaborados, con estadísticas, con predicciones basadas en toda la información que volcamos al sistema administrativo una y otra vez y nunca había dinero, tiempo o tal vez ganas. Hemos finalmente asumido un papel de víctimas, aguantado y hasta justificado el comportamiento del Servicio Andaluz de Salud con nosotros. Al final acabamos callando y asumiendo que las bofetadas seguirán cayendo porque nos las merecemos.

Hemos pedido, lo hacemos una vez más a este gobierno, como ya lo hemos hecho al anterior y al anterior durante años, a la gerencia, al delegado de Salud y Familias, al consejero de Salud y al mismo presidente de la Junta de Andalucía que nos conviertan en un Servicio de Urgencias de Atención Primaria normal, que se acabe esta vergüenza y maltrato dirigido y sistemático. Que se asuma de una vez que la anormalidad de nuestro servicio, que ya dejó bien implantada el anterior gobierno del PSOE y que el actual del PP parece bastante desentendido del mismo, es no solo inaceptable sino indeseable.

Esta historia que os cuento no es un cuento, es una realidad vergonzosa para Mijas y Fuengirola, para su población y ayuntamientos, para el Distrito Sanitario Costa del Sol y sobre todo para el Servicio Andaluz de Salud. Porque esta vergüenza que ha puesto en asistolia al Servicio de Urgencias de Las Lagunas y a sus esforzados soldados, esta vergüenza, tiene demasiados responsables, es cíclica y se extiende como una mancha de aceite sobre la gestión general de los servicios de urgencias extrahospitalarios del Servicio Andaluz de Salud del que ahora también forma parte el 061. Las cifras, los números, los datos para convenceros de que Las Lagunas está en asistolia los tiene el SAS, los conoce y las esconde porque son una vergüenza inasumible para ellos, porque su mala praxis ha llevado a las urgencias de Las Lagunas a la asistolia.

Después de tantos años viendo sufrir a mis compañeros soldaditos del SUAP Las Lagunas (médicos, enfermeros, técnicos, residentes, auxiliares, celadores, limpieza…) sin que a nadie le importe, solo te pido, a ti que te has parado a leer este réquiem, una breve oración por mis compañeros, esos soldaditos de Las Lagunas que ya no se pueden levantar.

Málaga, 11 de agosto de 2022